Experiencias únicas entre viñedos

Porque lo del enoturismo es un término que está muy usado, y quizá no siempre de forma correcta; más bien una palabra depreciada. Por ello en la bodega Abadía Retuerta prefieren hablar de experiencias únicas.

Así lo piensa y lo dice Álvaro Pérez, su director de Marketing, al comienzo de la visita que ha organizado para los socios de Dircom en Castilla y León a la bodega y al hotel Le Domaine, en la localidad de Sardón de Duero (Valladolid).

De las 700 hectáreas hay 200 con viñas. La primera añada data del año 1996. Una zona de tierra dura de Castilla con encinas de más de 350 años y donde se han replantado miles y miles de pinos. Se producen unas 2.000 barricas para cada tres añadas.

 

Desde la bodega nos desplazamos a conocer el hotel Le Domaine.

Antigua abadía del siglo XII, declarada Bien de Interés Cultural. Alojamiento de cinco estrellas entre los muros del monasterio de estilo románico y barroco.

En 1145, la unión de aristocracia y devoción dio lugar a la Abadía cuando Doña Mayor, hija del Conde Ansúrez, donó «terras et vineas» a la Iglesia. La Abadía de Santa María de Retuerta se construyó para la orden de los premonstratenses.

De estilo barroco y románico, tiene una planta benedictina clásica con iglesia, claustro, refectorio, sala capitular y hospedería. Es una de las dos únicas abadías de estas características que sobrevivieron a la destrucción napoleónica, y ha sido declarada Bien de Interés Cultural.

 

Descanso en la antigua hospedería

 

Almuerzo en el Refectorio.

Soy de los que consideran que siempre en el poste de una buena comida debe haber algo de chocolate. En esta ocasión no lo había pero…uno sabe cuando es atendido por profesionales. Como Miguel Ángel García (Mickey) que rápidamente supo cómo solucionarlo con una sonrisa y este detalle.

 

El último apunte: Calidad y profesionalidad en un edificio con historia de esta tierra que acoge con una sonrisa al que busca descanso entre caldos y claustros. Como apuntó el director general de Abadía Retuerta, Enrique Valero, «no buscamos correr ni alcanzar ninguna meta más que como bodega poder entender la historia sobre la que estamos construyendo el presente»

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