Cómo se mira a una ex pareja en el Congreso #másqueunafoto

Fotografía de Ángel Navarrete publicada por el diario El Mundo en la página 12, sección España, el 22 de febrero de 2017. Pleno en el Congreso de los Diputados.

De Vistalegre a la mirada en la nuca. El rodillo pablista en marcha. El sector crítico de Iñigo Errejón se ve obligado a reubicarse en los escaños podemitas de la Carrera de San Jerónimo.

 

Al tiempo que la nueva jefe de filas, Irene Montero, ejerce como tal y mira como tal. El móvil en las manos, rostro inexpresivo y la mirada fija en quien baja las escaleras. Igual que su actual pareja el líder de la formación morada, Pablo Iglesias; quien añade un grado más de expresividad a la mirada con esa contractura facial que se le pone como de quien no quiere recordar a su ex y si lo hace no le agrada mucho que digamos. Lo personal y lo político. Miradas que matan.

Porque quien baja las escaleras es la entonces pareja del íder, otrora lideresa, la del hermano y últimamente con un papel activo en su grupo parlamentario. Tania Sánchez. Del todo a la última fila. De Rivas Vaciamadrid al gallinero del Congreso. El pelo más corto, la mirada perdida, las mangas subidas dispuesta a luchar.

Pero ahora ya no es cara visible. Y desde arriba su voz se oirá mal y sus gestos no se entenderán. Quizá encuentre comprensión en los que, como ella, han sido desterrados. Porque, también en la nueva política, al fondo siempre hay sitio.

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